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miércoles, junio 08, 2011

El arquitecto español Antoni Gaudí (1852-1926) y su influencia sobre Joan Miró.

El arquitecto español Antoni Gaudí (1852-1925) y su influencia sobre Joan Miró.

            

Antoni Gaudí i Cornet (Reus, 25-VI-1852-Barcelona, 10-VI-1925). Arquitecto español, formado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona. A partir de una formación neohistoricista desarrolló un estilo modernista con una poderosa impronta personal. Gaudí evolucionó a finales del siglo XIX hacia el modernismo, pero no el ortodoxo sino creando un estilo personal 
La evolución de su obra dentro del modernismo, desde la corriente geométrica a la naturalista, está marcada por cuatro grandes pasiones, que se van uniendo de modo inextricable: la arquitectura, la naturaleza, la religión y la cultura popular de Cataluña. 
Creía que sólo comprendiendo los fundamentos históricos de la arquitectura es posible valorar la importancia de sus construcciones y enseñanzas. Así, en sus inicios estuvo más influido por el neogótico y el neomudéjar, así como tendencias orientalistas, 
Al mismo tiempo, su observación de la naturaleza le lleva a la utilización de formas geométricas regladas, como el paraboloide, el hiperboloide, el helicoide y el conoide.

Aunaba así las tradiciones neohistoricistas del neomudéjar y el neogótico, la inspiración en la naturaleza, el conocimiento de los nuevos materiales, la experimentación en la geometría y el volumen, y una imaginación desbordante que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. Si se pudiera hacer una analogía con la pintura de su época sería con el postimpresionismo de Van Gogh, que también quería crear abstracciones concebidas en su imaginación, que se nutría de motivos religiosos (era un ferviente católico, aunque algunos le han asociado a la masonería) y de objetos artesanos propios de la cultura rural catalana. 


Su obra más magistral es la Sagrada Familia (desde 1883), con influencias naturalistas, góticas y africanas en sus torres cónicas, de la que André Breton, a pesar  de su acendrado espíritu laico, dijo en una conferencia en Barcelona en 1922: ‹‹una iglesia en construcción que no me desagrada si olvido que es una iglesia››. Otras obras famosas son la Casa Batlló, la Casa Milà (la Pedrera) y el Parque Güell, de una estructura neogótica y un organicismo barroco, con predominio de las líneas curvas, una decoración floral y figurativa.
Consideró que la estructura misma debía ser decorativa, siempre que se inspirase en principios naturales, y se confiesa partidario de un tradicionalismo viviente.
Pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que debían hacer, aunque concebía sus edificios de una forma global, atendiendo tanto a las soluciones estructurales como a las funcionales y decorativas. Estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales como la cerámica, la vidriería, la forja de hierro, la carpintería o el tratamiento de los materiales, como su famoso trencadís hecho con piezas rotas de cerámica.

Características de Gaudí.
Como características generales de su estilo se citan:
- El recurso a los estilos medievales, especialmente el Gótico, del cual toma las bóvedas tabicadas, que ofrecen la posibilidad de cubrir el máximo espacio con la mínima cantidad de material posible; además, por su flexibilidad se adapta muy bien a las formas sinuosas. De la arquitectura islámica tomará el manejo de la luz y la plasticidad de la decoración de azulejos.
- Inspiración en la naturaleza, en plantas, flores y tallos que dotan al edificio de una extraordinaria flexibilidad y dinamismo. Estas formas de la naturaleza son reinterpretadas a través de la geometría, que traduce el mundo natural a líneas útiles y racionales para el edificio. Así se explican las formas helicoidales, las parábolas y las líneas curvas en general.
- Preocupación por el color, la luz y la armonía de las proporciones. Gaudí concibe un espacio dinámico, en expansión, con un color que, unido a formas y texturas, configurará un nuevo entorno: “Es cuestión de ponerse dentro del tiempo, del ambiente y de los medios, y coger su espíritu.”
- Personalidad, que nace de un conocimiento de las estructuras —quería superar el Gótico dotando al edificio de un esqueleto más racional y perfecto—, de los nuevos materiales y de la libertad y expansión decorativas.
- Utilización de materiales de desecho (cerámica) para los revestimientos de sus edificios ‑con su colaborador Jujol.
- Misticismo y consagración al arte de construir. Esta consagración se mezcla con una creciente religiosidad que le llevará, especialmente en sus últimas etapas, a rechazar cualquier encargo no religioso, o a grabar anagramas de Jesús y de María por doquier.
- Mecenazgo burgués. Gaudí fue un hombre afortunado al comenzar su trabajo cuando Barcelona vivía momentos de auge económico y los antiguos límites de la ciudad habían sido rebasados. La mayoría de sus trabajos estaban en los nuevos barrios o en localidades periféricas que se iban anexionando a la ciudad. Además, tuvo la suerte de llamar la atención de una serie de familias pudientes de la clase media y la aristocracia catalana que aceptaban, entendían y asimilaban sus proyectos suntuosos.
Su gran mecenas fue el conde Eusebio Güell, perteneciente a la nueva aristocracia de los negocios y, además, un magnate de la industria textil, cuyo nombre casi es sinónimo de las grandes obras de Gaudí.

Las etapas de Gaudí:
Se pueden distinguir tres etapas:
1) De 1878 a 1900.
Es una etapa de formación, un período ecléctico o historicista, donde desarrolla los estilos históricos según la corriente de la época, aunque ya se acusa una gran innovación en cuanto al concepto de volumen. Realiza obras de estructura básicamente clásica, y comienza a aplicar sus teorías sólo en pequeños detalles. Reproduce las formas naturales superficialmente, y el color es sólo un complemento para el volumen y el movimiento. Predominan las formas planas y las líneas rectas.
Los edificios más representativos de esta época son: Casa Vicens en Barcelona, El Capricho en Comillas, Palacio Episcopal en Astorga, Palacio Güell (con el que inicia su período de plenitud) en Barcelona y Casa de Los Botines en León.

2) De 1900 a 1914.
Es la etapa más conocida y personal de Gaudí. Comienza con la realización del Parque Güell. Prescinde ya del Historicismo y se cristalizan los tanteos de la primera época; se separa de la influencia neogótica. La escultura se anexiona al edificio formando un cuerpo único y monumental, y el color ya constituye un elemento importante de la obra.


Gaudí. Casa Batlló.


Los edificios e intervenciones más importantes son: la Casa Batlló, la Casa Mila o La Pedrera, la Colonia Güell, el Templo Expiatorio de la Sagrada Familia, la Restauración de la catedral de Palma de Mallorca y los Jardines de La Pobla de Lillet.
Gaudí realizó a principios del siglo XX el diseño de los jardines de La Pobla de Lillet, por encargo del empresario textil Joan Artigas, detrás de su fábrica sobre el río Llobregat. El arquitecto logró poner la naturaleza al servicio de la arquitectura, con arcos catenarios, puentes colgantes, materiales autóctonos y el uso de cemento portland en las barandas (añadiendo hierro en la mezcla), elementos simbólicos (los cuatro evangelistas del Tetramorfos, aunque no ha perdurado el ángel). Muy abandonados, fueron redescubiertos y recuperados en los años 1990.

3) De 1914 a 1926.
Es la etapa menos conocida. Centrado en las obras del Templo de la Sagrada Familia, rechaza otros encargos.
El Templo Expiatorio de la Sagrada Familia es la obra a la que dedicó más tiempo. Se hizo cargo de la dirección de las obras en 1883, y trabajó en ellas hasta su muerte, en 1926.
La idea del templo nació con Jose Maria Rocabella, que había fundado la Asociación de Devotos de San José, y, después de algunas gestiones, centró su esfuerzo en levantar un Templo Expiatorio. Encargó de ello a Francisco de Paula del Villar, quien se serviría de la línea goticista de Viollet-le-Duc para diseñar el proyecto.
En 1883, surgió una discusión entre Rocabella y Villar, y, finalmente, este último presentó la dimisión. Es entonces cuando Gaudí recibe el encargo de realizar el templo.
Al poco de hacerse cargo de las obras, Gaudí terminó la cripta —cuya construcción había sido comenzada un año antes según el proyecto gótico de Villar—, si bien modificando los capiteles. También hizo una zanja alrededor de la cripta para darle luz.
Después, Gaudí decide replantearse el proyecto para salvar lo que él llamaba “deficiencias del Gótico”. Su mentalidad de arquitecto le hacía comprender que la solución del Gótico, a base de pilares verticales, muros rectos, arbotantes y pináculos, no era perfecta, entendiendo por perfecta su idea gaudiana de “adaptado a la naturaleza”.
Por todo ello, concibió el Templo de la Sagrada Familia como un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, cuyas ramas sujetan un follaje de bóvedas parabólicas. Las columnas deben estar inclinadas, pues así reciben mejor las presiones perpendiculares; además, no existe peligro alguno, porque los esfuerzos se transmiten de forma helicoidal, como hacen en la naturaleza los troncos de los árboles. Las bóvedas son superficies hiperboloides, que tienen una abertura superior y permiten mayor entrada de luz en el templo.
Este esquema estructural va acompañado de un profundo sentido litúrgico, y cada piedra del templo adquiere significado religioso. Imaginó una iglesia de planta de cruz latina partiendo de la cripta inicial. Sobre ésta, se instalaría el altar mayor, rodeado de siete capillas del ábside, dedicadas a los siete gozos y a los siete dolores de San José.
En el exterior, las fachadas del Nacimiento —lado de la Epístola— y de la Pasión —lado del Evangelio— presentan tres puertas que se corresponden con la fe, la esperanza y la caridad.
Sigue, en sentido perpendicular, el cuerpo central del templo, con cinco naves y cerrado por el Portal de la Gloria, que no se llegó a realizar en vida suya, y rematando las capillas circulares del Bautismo y la Penitencia. Las torres serían 18, cuatro encima de cada fachada, que harán un total de 12, dedicadas a los 12 apóstoles; en el centro de la iglesia, el cimborrio dedicado a Jesucristo; detrás, el cimborrio de la Virgen y alrededor de la torre central otras cuatro, las de los evangelistas.
Amplias escalinatas llevan a cada puerta; la más monumental, la del Portal de la Gloria, tendría en el rellano un surtidor de agua como símbolo de los elementos de la naturaleza, siempre presentes.
Pretende que esta obra sea la manifestación de la arquitectura en el más alto grado de perfección moral y religiosa. Hombre apasionado de su profesión, al final de su vida este impulso se convirtió en misticismo. De tal modo le obsesionó este proyecto, que la muerte le sobrevino cuando tomaba apuntes del exterior de la obra, sin fijarse, ensimismado como estaba, en que pasaba un tranvía, que le atropelló.
Enlaza y combina libremente las formas geométricas por él empleadas. A fines de 1919, perfecciona la plástica del templo aplicando formas regladas, buscando el equilibrio. Emplea columnas con doble giro, más equilibradas y reposadas.

En la época final, de 1914-1926, realiza:
- Las cubiertas de la Sacristía, formadas por formas parabólicas enlazadas.
- Los cinco cimborrios centrales, cuyos proyectos se han perdido.
- La última solución para el tramo de naves interiores, donde la clave es un hiperboloide elíptico.


Su influencia sobre Joan Miró.
De todos los modernistas de la primera generación que influyeron en Miró el más destacado es Gaudí, el más citado en la historiografía al respecto. Miró le conoció hacia 1913 en el Cercle de Sant Lluc, del que el arquitecto fue socio entre 1889 y su muerte en 1926, aunque su actividad se limitaba a dibujar en las clases del natural y asistir a sus procesiones (como una del Corpus de 1924 de la que se guarda una fotografía), pues era un devoto católico, muy amigo del obispo Torras i Bages.

            
Trencadís de Gaudí y Jujol en el Parque Güell. La cerámica rota y recompuesta al azar ha sido relacionada a menudo con la experimentación de la escritura automática del surrealismo y la época surrealista de Miró o Dalí.

Miró apreció mucho su pensamiento simbolista hermético y su obra, especialmente la cerámica en mosaico de fragmentos (trencadís; aunque ésta es una influencia que debe en gran medida a Jujol) y puso en homenaje suyo el nombre de Gaudí a una serie de 21 grabados (1979). La influencia gaudiana se extendió incluso con sus edificios más delirantes [Dalí. “Minotaure”, 3-4 (1933)].
Miró tenía en su biblioteca las monografías de Juan Eduardo Cirlot, El arte de Gaudí (Omega. Barcelona. 1950. 50 p. más 64 ilus.) y Joan Bergós, Antoni Gaudí. L’home i l’obra. (Ariel. Barcelona. 1954. 180 pp.).

Miró (1974) explica que Gaudí fue una influencia decisiva en sus inicios, sólo un poco menor a la del estilo románico, y preguntado sobre si prefiere su faceta de arquitecto o de escultor, responde: ‹‹C’est l’homme, l’homme et en plus de cela, en plus de l’homme, il a un sens de l’architecte énorme, un mathématicien remarquable et en même temps il a ajouté la céramique et la sculpture, toutes les choses que nous aimons maintenant.››[1] 
Y le sitúa en el contexto de la época: ‹‹Ah! Comme un phénomène, comme un phénomène. Ce qui arrive toujours dans notre pays. Pendant des années rien ne se passe et tout d’un coup, voilà c’est quelque chose qui éclate: c’est comme Gaudí. On sommellait et tout d’un coup, voilà on se réveille par un grand poum! C’est le cas de Gaudí. (...)›› e insiste con franca admiración que ‹‹Mais Gaudí, il dépasse tout, il dépasse la chose plastique, et c’est pour cela que Gaudí m’intéresse énormément.›› 
Y acto seguido confiesa sobre la similitud de sus técnicas de creación: ‹‹Ah! Oui, de Gaudí, ah oui évidemment. Il a ce rapport très net par exemple le moulage: il prend un objet ou même un être humain, il fait un moulage. Alors, c’est maintenant ce qu’on fait. Et puis la céramique: il met la céramique avec l’architecture et avec des moulages, il enrichit l’architecture, qui serait froide.››[2]

Miró le declara a Raillard (1975) sobre su relación y se sugieren su común interés por la artesanía: ‹‹Gaudí era muy creyente. Le conocí bien. Era muy modesto, muy tímido. Y trabajaba como un artesano, improvisaba continuamente. (…) [Ve su Sagrada Familia] Como un universo mental, delirante si se quiere.››[3] Pero añade que nunca le vio trabajar: ‹‹No, jamás. Pero hablé con los obreros que trabajaban con él, ellos me contaron cómo trabajaba. No hacía dibujos: hacía gestos. (…)››[4] 
Poco después, Miró (1976) explica sus primeros encuentros de tal modo que parece seguro que no le dirigiera la palabra: ‹‹(...) Era en el Cercle de Sant Lluc, que frecuenté hasta 1918. (...) Durante las sesiones de dibujo, se podía ver a un señor mayor que se sentaba con nosotros y sacaba su cuaderno de croquis: era Gaudí. Un gran personaje, nosotros lo sabíamos. Entre los genios de primera fila, yo sitúo a Gaudí. (...)››[5]
Miró (1978) asimismo le incluyó en la más detallada lista de sus maestros de juventud:
‹‹P. Son grandes maestros aquellos que, como usted, y por paradójico que parezca, ni tienen ni pueden tener discípulos. ¿Ha tenido maestros?
R. Sí, en forma de impactos decisivos. El primero de ellos me vino dado en la contemplación de las pinturas románicas de Cataluña. Son impactos del arte, de la vida, de la historia (…) otro purista opinó que Gaudí era un genio de la imbecilidad. Ya ve usted, Gaudí fue otro gran impacto››[6]
Además, su amigo Ràfols, también arquitecto, fue discípulo suyo. A veces su admiración vacilaba, pues en 1926 Miró prefería el funcionalismo y rechazaba, durante sus paseos con Gasch, el gran edificio de Gaudí en el Passeig de Gràcia, la “monstruosa illa de cases” de la Casa Milà.[7] Y no hay noticia alguna en su correspondencia de que visitase la exposición de homenaje a Gaudí que se celebró en la Sala Parés (11-28 junio 1926), ni participase en la asociación “Amics de Gaudí” creada en 1952 en el Cercle, en la que sí participaron amigos suyos como Joan Ainaud o Alexandre Cirici.
Pero es indudable que le tuvo casi siempre en la más alta estima, como lo prueba que en 1958 promoviera un homenaje a Gaudí en la UNESCO y escribiese: ‹‹Amb en Peter Bellew parlàrem de fer una sessió Gaudí a l’Unesco, amb projeccions del film de Català-Roca i del fotoscop de Prats-Gomis, pots escriure-li amb urgència per posar-te d’acord a 12, rue Galilée, París (16). Estarà molt bé si es fa això.››[8] 
Además, fomentaba este aprecio la admiración que sentían por el arquitecto vanguardistas tan notables como Apollinaire[9] o Breton ante la Sagrada Familia a pesar de que fuera una iglesia[10].

La historiografía y la crítica reconocieron bastante tarde su influencia en la obra mironiana. La primera y rotunda mención es de Greenberg (1948), que destaca su prioridad y fundamenta su apasionada defensa en que el modernismo está sufriendo un infundado descrédito: ‹‹Because, no doubt, of the general oblivion in which Art Nouveau rest nowadays, no one has yet painted out how much of its feeling still clings to the flowing, undulant contours and flat shapes that dominate the paintings of Miró’s maturity.››[11] 
Greenberg señala a continuación que el modernismo ha influido, en menor o mayor grado, en todos los artistas europeos aparecidos entre 1900 y 1910, como Kandinsky y Klee, que comenzaron su andadura en el seno de ese movimiento, para incluso volver a él en ciertas fases de su madurez. Y destaca que Miró es en su opinión el mejor heredero del modernismo, ‹‹Miró in particular is the master of Art Nouveau in painting››[12], por haber experimentado e integrado su influencia en una ciudad como Barcelona, la ciudad europea más dominada por este estilo, durante más de un decenio, precisamente el de la formación del joven Miró, que aprendió de él la libertad, la inspiración en la naturaleza, el instinto decorativo, la estilización formal...
‹‹Art Nouveau took great liberties with nature, but in the name largely of decoration. The liberties Miró took in the name of easel painting and “poetry” are, in the final reckoning, nor so far themselves from decoration. Confronted with his audacities, we feel, as we do not about Picasso’s, that they profit somewhat by the special license that has always belonged to decoration, even during the Renaissance and the 19the century. Miró’s arabesques and linear flourishes are controlled to the ends of easel painting but, because of their filiations with Art Nouveau, the “feel” of decoration still perhaps persists in them and the contradiction will cause him much trouble at times.››[13]

Posteriormente la historiografía, con Dupin, Cassou, Malet…, acepta la influencia modernista, destacando la enseñanza de su maestro Josep Pascó y el ejemplo de Antoni Gaudí, del que Dupin (1961, 1993) destaca su faceta presurrealista, su compendio de tradición e innovación:
‹‹Gaudí vuelve al gótico, a la iluminación de los grandes místicos, pero también a la simplicidad de los elementos y los objetos de la naturaleza. Y de golpe libera a la arquitectura de todas las reglas, de todas las convenciones, de todos los modelos académicos. Inventa el collage con pedazos de mosaico roto. Prefigura todos los delirios surrealistas, todas las liberaciones formales del arte abstracto, las audacias del arte gestual. (...) Gaudí es la fuerza visionaria en estado puro y es la libertad. La libertad de un pueblo, el amor a su tierra, su grito de libertad.››[14]

Cassou (1962) explica por su parte la notable relación entre la sensibilidad estética de Gaudí y de Miró, formado en la Barcelona modernista de la vejez del primero, del que sigue rasgos como el gusto por la artesanía y los oficios manuales.[15]

Un autor conocido como “E. H.” (2003), antes de tratar sobre la Serie Gaudí de grabados (1979), resume la influencia de Gaudí, en la doble faceta de arquitecto y artesano, sobre Miró:
‹‹Miró est fasciné par la prise de risque, l’imagination, la liberté de Gaudí, par le caractère extravagant et colossal de la Sagrada Familia (commencée en 1883) et les bancs colorés, les mosaïques et les faïences rutilantes du Parc Güell (1885-1888). Gaudí suggère à Miró les possibles d’une création rompant avec l’idée traditionnelle de construction et ouvrant l’accès à d’ineffables rêveries d’infini. Miró admire aussi en l’architecte, l’artisan qui se fait tour à tour décorateur, maître céramiste, forgeron, créateur de meubles. Miró lui-même, petit-fils de forgeron, fils d’orfèvre horloger, respecte la rigueur et la minutie du travail artisanal et l’associe tout au long de sa carrière aux artisans, enrichissant ainsi ses modes d’expression. (...)››[16]

Como características generales del estilo de Gaudí que Miró desarrolla, dentro de sus posibilidades, en su propio arte, citaremos:
- El recurso a los estilos medievales, especialmente el Gótico, del cual toma las bóvedas tabicadas, que ofrecen la posibilidad de cubrir el máximo espacio con la mínima cantidad de material posible; además, por su flexibilidad se adapta muy bien a las formas sinuosas. De la arquitectura islámica tomará el manejo de la luz y la plasticidad de la decoración de azulejos. Por su parte, Miró toma asimismo el Románico como un primer referente plástico y admira el Gótico sobre todo por su luz y su austera espiritualidad (son conocidas sus visitas a las catedrales de Barcelona y Palma de Mallorca), mientras que del arte islámico le interesa especialmente el arabesco y la decoración cerámica. Al respecto, Rose (1982) explica que Gaudí le influyó en el aprecio del arabesco islámico:
‹‹(...) Critics attribute the elaborate arabesques of Miró’s work to the influence of art nouveau. However, his ornate filigreed tendrils and minaret forms are as likely a relic of the Mozarabic heritage of Catalonia, a reflection of the islamic decorative impulse which filtered into Spanish art at all levels and is expressed in Gaudí’s minaret-like turrets. This Near Eastern influence, felt in Miró’s twisting, intricate line, is surely one of the aspects of his style that made it so attractive to the Armenian Gorky.››[17]

- Inspiración en la naturaleza, en plantas, flores y tallos que dotan al edificio de una extraordinaria flexibilidad y dinamismo. Estas formas de la naturaleza son reinterpretadas a través de la geometría, que traduce el mundo natural a líneas útiles y racionales para el edificio. Así se explican las formas helicoidales, las parábolas y las líneas curvas en general. Miró, a su vez, sigue casi al pie de la letra esta característica: el interés por la naturaleza y el predominio de la curva son constantes mironianas. Podría decirse que es una pauta común a los artistas catalanes. En 1942, cuando planifica la adaptación de su taller de Mont-roig para trabajar en escultura, escribe: ‹‹En Gaudí feia també mouler varis objectes,›› (FJM 4430b) ‹‹fins i tot feia mouler nois que li agradaven i éssers vivents, que després feia servir com model i punt de partida. Crec que en la meva manera de treballar hi ha gran afinitat amb en Gaudí. (...)›› (FJM 4431a).[18]
Robert Lubar destaca entre las influencias sobre Miró la de Gaudí porque: ‹‹La ornamentación de su obra es radial, dura, expresionista, arcaica, a la vez que el reflejo de una recreación fantástica del ciclo cósmico››.[19] El poeta Pere Gimferrer evoca de Gaudí: ‹‹la intercomunicación constante, la mutua remisión del mundo artificial y el mundo natural: floración mineral, arquitectura vegetal, piedra viviente. Todo nace y pulula. Contagios: contigüidades: identidades... Todo se anula y se magnifica en la unidad››.[20]

- Preocupación por el color, la luz y la armonía de las proporciones. Gaudí concibe un espacio dinámico, en expansión, con un color que, unido a formas y texturas, configurará un nuevo entorno. Dice el arquitecto: ‹‹Es cuestión de ponerse dentro del tiempo, del ambiente y de los medios, y coger su espíritu.›› Miró, por su parte, coincide plenamente en esta estética: el color fauvista, la luz en la etapa surrealista y en los años 40, la voluntad de armonía o equilibrio de la composición...

- Personalidad en el método, que nace de un conocimiento de las estructuras —quería superar el Gótico dotando al edificio de un esqueleto más racional y perfecto—, de los nuevos materiales y de la libertad y expansión decorativas. Miró se interesa por el problema de la estructura desde 1914 aproximadamente, tomando a Cézanne y el cubismo como referentes; se interesará toda su vida por las posibilidades artísticas de los nuevos materiales y desarrollará un instinto especial para la libertad decorativa en sus obras más festivas. 
Miró declara en 1965 su paralelismo de método con Gaudí, al comentarle Porcel que había una enorme diferencia: ‹‹Sí? Deu ser que no us hi heu fixat bé. En Gaudí improvisava seguint la seva inspiració. I amb un pobre plànols volen acabar la Sagrada Família! Quin disbarat! Un obrer que treballà a les seves ordres al Parc Güell em contà com va indicar-los el traçat d’una escala que havien de fer. Dibuixà a terra una línia ondulada amb el dit, i digué: “Feu-la així”. I jo ja us he explicat com pinto.››[21] 
Dupin (1961, 1993) se explaya sobre esta faceta de Gaudí tan influyente en Miró:
‹‹Habrá que esperar seis siglos para que los arquitectos góticos tengan en Gaudí un sucesor capaz de superarlos. Gaudí llevó hasta el paroxismo la rica diversidad y el genio contradictorio de Cataluña, descubrió posibilidades arquitectónicas que están lejos de haber sido agotadas. A principios de siglo edificó en Barcelona y sus alrededores casas de vecindad, palacios, una capilla, un parque y una catedral que desafían a la imaginación. Además innovó en el mobiliario y la decoración, experimentó incansablemente nuevas estructuras y nuevos materiales con una audacia a la vez sosegada y vertiginosa. La extrema libertad que se otorgaba reposaba, sin embargo, en el detallado estudio, en el conocimiento intuitivo de la naturaleza y sus leyes. Tenía muy en cuenta la configuración, la luz y todas las características de los lugares en los que pensaba construir. Se inspiraba asimismo, muy libremente, en las formas de las rocas, los árboles y los animales, hasta el extremo de integrar en sus construcciones vaciados de animales y plantas. Inventó la columna inclinada imitando a un árbol que despliega sus ramas, al tiempo que la estructura de las conchas le dictaba nuevas soluciones para la bóveda, más ligera y resistente gracias al alabeo de sus formas. En el admirable parque Güell construyó los muros y las terrazas respetando y prolongando las ondulaciones de la colina en la que se asienta, utilizando incluso la piedra extraída de su propio suelo. Inventó suntuosos mosaicos a partir de fragmentos de cerámica de todos los colores, donde se ha visto uno de los orígenes del collage moderno. Y tuvo el acierto de dejar que los obreros compusieran libremente según su propia imaginación. Miró retuvo esa lección de creación colectiva cuando tuvo que colaborar con ceramistas, litógrafos o grabadores. Un viejo obrero que había trabajado en la construcción de la capilla de la Colonia Güell le contó a Miró que, para realizar una escalera en espiral, Gaudí le había indicado lo que deseaba con un simple gesto ondulatorio de la mano, sin más precisiones. Sin embargo, esa inspirada manera de trabajar no excluía los más doctos cálculos, ni un virtuosismo técnico que dejaba boquiabiertos a los constructores.››
Y luego Dupin se centra la influencia artística de Gaudí sobre Miró en la estructura y el ritmo, el gusto por la curva, y, sobre todo, en el estudio de la naturaleza como privilegiada inspiración:
‹‹Podemos ver la influencia de Gaudí en las estructuras y en los ritmos mironianos, en la insistencia de las líneas curvas y onduladas, en la obsesión por la espiral, en la continuidad dinámica y en la proliferación orgánica de las formas. Pero el pintor, que siente por el arquitecto una admiración sin límites (“en cabeza de los genios le confesó una vez a Georges Duthuit coloco a Antoni Gaudí”), ha retenido fundamentalmente el espíritu del proceso mental en lo que este tiene básicamente de puesta en entredicho total del medio de expresión, sin retroceder ante ninguna audacia y, a la vez, sin olvidar el profundo respeto a las leyes de la naturaleza, alternando los cálculos más precisos con los momentos de pura improvisación.››[22]

- Utilización de materiales de desecho (cerámica) para los revestimientos de sus edificios. En cuanto a Miró, es seguro que recibió sobre todo la influencia de los mosaicos cerámicos de Gaudí —en realidad, más obra de su colaborador Jujol—, de una doble vertiente, abstractos unos mediante la fragmentación y disposición azarosa de los cantos, figurativos otros con representaciones naturalistas (animales y vegetales) mediterráneas que se asemejan notablemente al universo simbólico de Miró. En este sentido, Penrose, siguiendo las explicaciones del propio artista, establece su relación con la arquitectura orgánica de Gaudí, concretamente del Parc Güell y el templo de la Sagrada Familia y apunta la anécdota de que, en los años 60, al hacer sus obras monumentales para el Laberinto de la Fondation Maeght, encuentra en la naturaleza objetos que le recuerdan a Gaudí, como una arquitectura escondida en los pequeños objetos.[23] 
Miró le explica a Permanyer su influjo, especialmente en los murales de la Unesco:
‹‹Más que nuestro modernismo lo que de veras me interesó siempre ha sido Gaudí. De sus obras las que quizá prefiero son la cripta de la Colonia Güell y, por supuesto, el Parque Güell. Pues bien, justo antes de entrar, en un rincón sucio y que la gente suele aprovechar para mear, di con un gran círculo como esculpido en bajorrelieve en un muro enorme. Aquello me atrajo de inmediato por las calidades naturales que poseía, y de ahí me vino la idea del círculo que representa al Sol en uno de los Muros de la Unesco. Del Parque Güell me ha fascinado siempre el techo cerámico de la llamada sala hipóstila, en donde Gaudí ya realizó un collage muy valiente y precursor, al incorporar incluso cabezas de muñecas, que por desgracia se han estropeado. Pero sobre todo me entusiasma aquel banco serpenteante hecho con fragmentos rotos de cerámica, procedimiento llamado “de trencadís” y que ahora mismo he decidido aplicar en la gigantesca escultura de hormigón que será colocada en el futuro Parque del Matadero de Barcelona.››[24]
Rose (1982) explica que Gaudí le influyó sobre todo en el tratamiento libre y nada convencional de los materiales, hasta lindar con lo grotesco:
‹‹Gaudí’s fantasy and metamorphic forms went far beyond the stylized organic ornament of art nouveau in terms of fantasy and the grotesque.
The Byzantine richness of the combinations of materials Gaudí used, many of which were light reflexive, affected Miró deeply and helped form the unconventional attitude toward materials that is one of the most original features of his art and one of its greatest influences on American art. (...)››[25]

- Misticismo y consagración al arte de construir. Esta consagración se mezcla con una creciente religiosidad que le llevará, especialmente en sus últimas etapas, a rechazar cualquier encargo no religioso, o a grabar anagramas de Jesús y de María por doquier. En 1883 Gaudí comenzó las inacabadas obras de la Sagrada Familia, un acontecimiento de enorme importancia social y artística en Barcelona durante más de treinta años, lo que prueba la importancia del catolicismo en el arte catalán de esta época. Su eco llega hasta el presente. Miró intervendrá en 1964-1966 en la polémica sobre la continuación de las obras, en contra de que se acabasen, porque pensaba que la impronta del artista se perdía. 
Miró admiraba esa entrega apasionada y así le explica a Duthuit en 1936 que entre los genios que admira (y cita a Picasso, Roussel, Huysmans, Bach, Mozart), destaca al arquitecto: ‹‹Et au premier rang de ces génies, je place Antonio Gaudí... (...) Le génie de Gaudí échappera toujours aux touristes. Il vaudrait mieux, tant les malentendus sont constants, d’un pays à l’autre, ne plus voyager.››[26]

Fuentes.
Internet.

[https://es.wikipedia.org/wiki/Antoni_Gaudí]

[https://es.wikipedia.org/wiki/Templo_Expiatorio_de_la_Sagrada_Familia]

[www.gaudi2002.bcn.es.] La bibliografía sobre el arquitecto es enorme, acrecentada por la proliferación de exposiciones y publicaciones en el Año Gaudí (2002), incluyendo una muestra de su influencia en Miró en la FJM.

Blogs.
Comentario: Gaudí y La Sagrada Familia (desde 1883).*

Comentario: La Casa Milá (1912), de Gaudí.* 

[https://iessonferrerdghaboix.blogspot.com/2014/11/comentario-la-casa-mila-1912-de-gaudi.html] Blog Altamira.


Series de televisión.
Gaudiana. RTVE. 6 capítulos. En catalán. Los aspectos más impactantes de la obra del arquitecto.

Documentales / Vídeos.



Exposiciones.
*<Impacte Gaudí>. Barcelona. Centre d’Art Santa Mònica (2 julio-30 septiembre 2002), con 21 maquetas de la Serie Gaudí (1975) y obras de Tàpies y otros artistas.
<Universo Gaudí>. Madrid. MNCARS (15 octubre 2002-6 enero 2003). Cat. Textos de Juan José Lahuerta et al. 234 pp.
*<Barcelona and modernity. Picasso, Gaudí, Miró, Dalí>. Cleveland. Cleveland Museum of Art (2006-2007). Cat. Especialmente Textos de Bassegoda Nonell, Joan. Casa Milà, a Legendary Monument (195-201). Rohrer, Judith. La Sagrada Família (211-223).

*<Miró-Gaudí-Gomis>. Barcelona. FJM (8 junio-6 octubre 2019). Comisarias: Teresa Montaner y Ester Ramos. [https://www.fmirobcn.org/es/exposiciones/5752/miro-gaudi-gomis] Reseña catalana de Montañés, J. Á. Gaudí i Miró, dos companys de classe. “El País” (29-VIII-2019).

<(Re)conocer Gaudí. Fuego y cenizas>. Barcelona. MNAC (19 noviembre 2021-6 marzo 2022). Comisario: Juan José Lahuerta. 650 piezas. Reseña de Montañés, J. Á. Los sólidos cimientos de Gaudí. “El País” (19-XI-2021). / Monteys, X. El Gaudí del MNAC. “El País” (10-XII-2021).

<Gaudí>. París. Museo d’Orsay (12 abril-17 julio 2022). Comisario: Juan José Lahuerta. Reseña catalana de Solà, Georgina. Juanjo Lahuerta, gran absent de l’exposició de Gaudí al Museu d’Orsay. “El País” Quadern 1.893 (1-V-2022).


Libros.
Bergós i Massó, Joan. Gaudí. Flammarion. París. 1999. 320 pp.
Bergós, Joan. Gaudí. El hombre y la obra. Lunwerg. Barcelona. 1999. 371 pp.
Constantino, Maria. Gaudí. Libsa. Madrid. 1993. 112 pp.
Giralt-Miracle, Daniel (dir.). Gaudí 2002. Miscelánea. Planeta/Ayuntamiento de Barcelona. Barcelona. 2002. 365 pp.
Hensbergen, Gijs van. Gaudí. Plaza & Janés. Barcelona. 2001. 336 pp.
Kliczkowski, H. Gaudí. Obra completa. Loft Pub. Barcelona. 2002. 240 pp.
Lahuerta, Juan José. Antonio Gaudí, 1852-1926. Arquitectura, ideología y política.. Electa. Madrid. 1993. 346 pp. Reseña de Fradera, Josep M. “L’Avenç”, 179 (III-1994): 58-59.
Lahuerta, Juan José. Antoni Gaudí (1852-1926). Electa. Madrid. 2000. 346 pp.
Lahuerta, Juan José (ed.). Gaudí i el seu temps. Barcanova. Barcelona. 1990. 255 pp. Artículos de Castellanos, J. Torras i Bages i Gaudí.
Lahuerta, Juan José; et al. Gaudí en primer plano. Artika. 2020. Libro de arte de 112 pp. y libro de estudios de 360 pp., con dibujos y proyectos casi desconocidos. Reseña de Hermoso, Borja. El Gaudí más secreto sale a la luz. “El País” Semanal 2.300 (25-X-2020).
Martinell, César. Conversaciones con Gaudí. Punto Pijo. Barcelona. 1969. 132 pp.
Ràfols, J.F. Gaudí. Editorial Canosa. Barcelona. 1928 (4 reed.). 306 pp.

Artículos. Orden cronológico.
Ferrer, Isabel. Gaudí sale a la calle. “El País” Artes 52 (4-III-1989) 3. La Haya, en Holanda, instala un quiosco modernista según dibujos de Gaudí.
Manresa, Andreu. Arata Isozaki, homenaje a Gaudí. “Artes El País” 113 (19-V-1990) 8.
Carandell, Josep Maria. La fantasmagoría de Gaudí. Elsinor a La Pedrera. “Quadern El País” 407 (19-VII-1990) 8.
Carandell, Josep Maria. Gaudí com a poeta simbolista. “Quadern El País” 438 (21-II-1991) 8.
Comadira, Narcís. Gaudí a la Seu de Mallorca. “El País”, Quadern 1.220 (12-VII-2007) 4.
Casamartina, Josep. Un ‘piset’ de recanvi. “El País” Quadern 1399 (I-V-2011) 1-3. Reabre el Palau Güell (1885-1890), de Gaudí.
Montañés, José Ángel. Gaudí, del subsòl al cel, en tres hores. “El País” Quadern 1399 (I-V-2011) 3.
Montañés, José Ángel. L’últim cromo de Gaudí. “El País” Quadern 1.499 (24-X-2013) 1-3. Se abrirán al público los Pabellones Güell de la Universidad de Barcelona, tras una restauración.
Montañés, José Ángel. Acuerdo histórico sobre la obra de Antoni Gaudí. “El País” Cataluña (22-XI-2013) 5. Acuerdo entre 11 propietarios de edificios de Gaudí para proteger y difundir su obra.
Montañés, J. Á. Al rescate de Gaudí. “El País” Cataluña (6-I-2014) 4. Barcelona acogerá en octubre el primer congreso internacional sobre Gaudí.
Manresa, Andreu. Un ‘Gaudí’, dos veces destruido. “El País” Cataluña (7-VII-2014) 13. El tornavoz de Gaudí de 1904 para la catedral de Mallorca fue retirado en 1971, replicado por Elías Torres en 2010 y desmontado en 2013. Le Corbusier lo dibujó en su visita al templo en 1932.
Manresa, Andreu. Una ‘comunión’ con Gaudí. “El País” Cataluña (15-VIII-2014) 4. Unas jornadas en Pollença sobre Gaudí. La polémica del portavoz de la Seu de Palma.
Montañés, J. Á. La sonrisa de Gaudí. “El País” (11-X-2014) 44. En el congreso dedicado al arquitecto se ha presentado una imagen inédita de Gaudí en una boda en Montserrat, en 1925, meses antes de su muerte. Gaudí dibujó un boceto para un monumento a Torras i Bages que se prevé ejecutar antes de 2016.
Montañés, J. Á. Gaudinitzats. “El País” Quadern 1.596 (25-VI-2014) 1-3. Gaudí ha triunfado como icono de Barcelona porque enlaza con el catolicismo, el catalanismo y el turismo.
Montañés, J. Á. El sueño chileno de Gaudí. “El País” Cataluña (18-I-2015) 11. La ciudad de Rancagua tendrá en 2017 el único edificio fuera de España diseñado por el arquitecto, según un boceto de 1922.
Montañés, J. Á. Gaudí conquista el Extremo Oriente. “El País” Cataluña (19-VIII-2015) 4. Exitosa muestra itinerante con 169 piezas por Japón y Corea del Sur.
Bohigas, Oriol. Tres vegades inútil. “El País” Quadern 1.650 (13-X-2016). La prosecución de las obras de la Sagrada Familia ha ocultado el original de Gaudí.
Faulí, Jordi; Buixadé, Carles. Obra de Gaudí. “El País” Quadern 1.650 (13-X-2016). La Sagrada Familia ha de ser completada para respetar los deseos de Gaudí, de acuerdo con su plan.
Cia, Blanca; Blanchar, Clara. La Sagrada Família, a examen. “El País” Quadern 1.650 (13-X-2016). Un repaso de la historia del templo.
Montañés, J. Á. Juan José Lahuerta / Nou director de la Càtedra Gaudí de la UPC. ‘Cal rescatar Gaudí del seu èxit’. “El País” Quadern 1.652 (27-X-2016).
Montañés, J. Á. Gaudí, un fenómeno social y económico sin fin. “El País” (30-X-2016).
Montañés, J. Á. Los 14 edificios catalanes de Gaudí en un nuevo portal web. “El País” (3-XI-2016). Portal Gaudí incluye una amplia ficha de cada edificio.
De las Heras, R. Gaudí: nada es lo que parece. “El País” (9-IV-2017). Abre al público la Casa Botines (1893), de León.
Montañés, J. Á. En el Palau Güell no todo lo que brilla es de Gaudí. “El País” (5-V-2017). Gran parte de la decoración del Palau Güell (1895-1890) fue arrancada de otro edificio de la calle Portaferrissa, el Palau Fonollar, una obra del arquitecto Camil Oliveras para Güell.
Montañés, J. Á. El Gaudí germinal, recuperado. “El País” (31-X-2017). La espectacular Casa Vicens de Barcelona, construida por Gaudí entre 1883 y 1885 (o 1888), se abre al público después de 132 años como casa privada.
Monteys, Xavier. La nova Casa Vicens. “El País” Quadern 1.700 (9-XI-2017).
Montañés, J. Á. Gaudí rico, Gaudí pobre. “El País” (14-II-2018). La cátedra de la Politécnica denuncia la falta de recursos para investigar al arquitecto y anuncia un catálogo de su obra.
Montañés, J. Á. Gaudí descabezado. “El País” (10-IV-2018). Falta coordinación entre los propietarios de los edificios de Gaudí en Barcelona.
Montañés, J. Á. Gaudí, alumne revolucionari i mal estudiant. “El País” Quadern 1.725 (3-V-2018). Su expediente académico revela que era un alumno irregular y poco brillante, centrado en sus proyectos.
Montañés, J. Á. Un 5,4 de nota mitjana. “El País” Quadern 1.725 (3-V-2018).

Montañés, J. Á. Gaudí i les ‘fake news’. “El País” Quadern 1.742 (18-X-2018). La repetición de noticias falsas sobre Gaudí en los medios de comunicación enturbia el conocimiento de su vida y obra.

Montañés, J. Á. El tresor enterrat de Gaudí. “El País” Quadern 1.769 (2-V-2019). El arquitecto creó en 1878 un innovador sistema de riego en Caldes de Montbui.

Hermoso, Borja. La última vecina de La Pedrera. “El País” Semanal 2.223 (5-V-2019). La escritora Ana Viladomiu es la última habitante de la Casa Milà y explica su vida en el edificio. [https://elpais.com/elpais/2019/04/29/eps/1556550656_321186.html]

Montañés, J. Á. Gaudí, de la carbonera al museo. “El País” (18-II-2020). El MNAC adquiere dos famosos dibujos de Gaudí de la iglesia de la Colonia Güell de Santa Coloma de Cervelló.

Monteys, Xavier. El Xalet Catllaràs. “El País” Quadern 1.859 (27-VI-2021). Una casa poco conocida de Gaudí, el Chalet Catllaràs, en Pobla de Lillet.



 [1] Miró, Joan. Miró parle. Entrevista concedida a Carles Santos y Pere Portabella en 1974, para el film Miró un portrait. 2003: 5.
 [2] Miró, Joan. Miró parle. Entrevista concedida a Carles Santos y Pere Portabella en 1974, para el film Miró un portrait. 2003: 6.
 [3] Raillard. Conversaciones con Miró. 1993: 133.
 [4] Raillard. Conversaciones con Miró. 1993: 163.
 [5] Picon. Joan Miró. Cuadernos catalanes. 1976: 20-22. Miró insiste en lo mismo en el documental de Chamo­rro. Miró. 1978. nº 53. Sobre la actividad de Gaudí en el Cercle, véase: <Gaudí i el Cercle de Sant Lluc>. Barcelona. Cercle de Sant Lluc (2002). Reseña de M Carmen Riu de Martín. “Revista Art”, Barcelona, nº 71 (IX-2002) 14-15.           
 [6] Amón. Entrevista a Miró. “El País” (4-V-1978).
 [7] Gasch, S. L’embranzida vers l’ordre. “D’Ací i d’Allà”, nº 106 (X-1926).         
 [8] Carta de Miró a Joan Prats. París VII, Pont-Royal Hotel, 7 rue Mon­talembert (17-XI-1958) FJM. En la carta también pide que le envíe un ejemplar a Penrose.
 [9] ‹‹Es uno de los arquitectos modernos más personales››. [Apollinaire. Gaudí. “L’Intransigeant”, París (14-VII-1914). Reprod. <Universo Gaudí>. Madrid. MNCARS (15 octubre 2002-6 enero 2003): 67.]
 [10] Breton le escribe a Picasso en una postal de la Sagrada Familia, AEs una maravilla”. Y la elogia asimismo en una conferencia en el Ateneo de Barcelona (1922), reproducida en Les pas perdus. [<Universo Gaudí>. Madrid. MNCARS (15 octubre 2002-6 enero 2003): 159.]
 [11] Greenberg. Joan Miró. 1948: 28. El apartado sobre la influencia del Art Nouveau sobre Miró se prolonga en las pp. 28-30 y destaca especialmente a Gaudí y las formas biomórficas de su Sagrada Familia. En cuanto al noucentismo no emplea el término sino que lo considera un apéndice modernista tardío en Cataluña, destacando a Manolo, Joan Junyer y Torres García.
 [12] Greenberg. Joan Miró. 1948: 28-29.        
 [13] Greenberg. Joan Miró. 1948: 30. 
 [14] Dupin. Miró. 1993: 12-13.
 [15] Cassou. <Joan Miró>. París. MNAM (1962): 5.
 [16] E.H. Série Gaudí. *<Sous le signe de Miró: Miró et l’atelier Barbarà>. Castres. Musée Goya (2003): 66.
 [17] Rose. Miró in America. <Mi­ró in America>. Houston. Museum of Fine Arts (1982): 27.
 [18] Ambas citas se recogen en Miró. Notas de trabajo 1941-1942. cit. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 192. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 212. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 273. El texto reza: ‹‹Gaudí también hacía mouler diversos objetos, incluso hacía mouler niños que le gustaban y seres vivientes a los que luego les hacía hacer de modelo y que le servían de punto de partida; creo que en mi modo de trabajar hay grandes afinidades con Gaudí››.
 [19] Lubar. Miró before the Farm... 1989. cit. Dupin. Miró. 1993: 13.
 [20] Gimferrer. Miró y su mundo. 1978: 196. cit. Dupin. Miró. 1993: 13.
 [21] Porcel. Joan Miró o l’equilibri fantàstic. “Se­rra d’Or”, año 7, nº 4 (15-IV-1966): 49.
 [22] Dupin. Miró. 1993: 16.
 [23] Miró. Theatre of Dreams. Escrita y na­rrada por Roland Pen­rose. BBC 1978.
 [24] Per­manyer, Lluís. Entrevista a Miró. El arte ha de vol­ver a la pureza de sus orí­ge­nes. (Fechable entre mayo y diciembre, 1981). Sirvió de pró­logo de His­toria del Arte, ed.­­ Ca­rroggio.
 [25] Rose. Miró in America. <Mi­ró in America>. Houston. Museum of Fine Arts (1982): 27.
 [26] Duthuit, G. Où allez‑vous Miró. “Cahiers d’Art”, Pa­rís (1936). cit. Rowell. Joan Miró. Selected Writings and Interviews. 1986: 152-153. / Rowell. Joan Miró. Écrits et entretiens. 1995: 163-164. / Rowell. Joan Miró. Escritos y conversaciones. 2002: 217. La entrevista es anterior al estallido de la guerra civil, aunque se publicó en el verano.
 [27] Combalía. Miró surrealista. Rebelde en Barcelona, callado en París, en Solana, G; et al. El Surrealismo y sus imágenes. 2002: 104-105.
 [28] Combalía, V. Jujol y Miró. “El País”, Catalunya (25-VII-2002) 2-3.

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